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Free Writer, una máquina para vivir sin el estrés de la Red


La máquina de escribir Freewrite combina un procesador de texto con una computadora que se conecta a Dropbox o Google.

por: Redacción Paréntesis Redacción Paréntesis

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La infinita riqueza informativa de Internet nos permite estar en múltiples lugares al mismo tiempo y enterarnos en un instante de todo los datos que queramos saber. Y es por eso que en ocasiones cuando queremos concentrarnos y hacer trabajo a la vieja usanza, como puede ser simplemente sentarnos a escribir sin distracciones, Internet se puede convertir en nuestro peor enemigo. Es simplemente demasiado tentador entrar a Twitter a ver las últimas noticias o buscar en Google esa duda que pulula en nuestra mente.

 

Ante esta situación diseñadores e ingenieros han creado Freewrite, una máquina de escribir inteligente que mantiene permitirte escribir libre de distracciones. Freewrite es simplemente un procesador de texto externo, un hardware que computa las palabras que escribes en tinta electrónica y que luego las envía a un servicio como Dropbox o Google, pero que no tiene muchas funciones más. Es un procesador de texto glorificado, una máquina de escribir que se sube a la nube.

 

Una hermosa máquina --que parece del pasado pero es del futuro en una especie de diseño steampunk-- que sin embargo podríamos pensar que es para escritores que ya han logrado cierto éxito y se pueden dar ese lujo o para hipsters afluentes, ya que cuesta 500 dólares. Con todo y eso la máquina parece genera bastante interés: este es el precio que hay que pagar por no tener disciplina.

 

La misma naturaleza de esta máquina favorece lo que algunos llaman el "flow" de la escritura, al menos porque uno no puede estar constantemente revisando la Web para checar datos (útiles pero que ciertamente pueden esperar) o interrumpir el proceso con otras aplicaciones o programas. La escritura se reduce a su mínimo común denominador sin perder la comodidad de no tener que luego copiar el texto en otro soporte. 

 

Como apunta un crítico en la revista The Atantic, quizás la aportación más interesante de esta máquina, más allá de facilitar una escritura ininterrumpida, sin distracciones (ya que uno siempre puede sabitearla y utilizar el teléfono o en el otro sentido hacerla absurda con sólo desconectar el Wi-Fi de la computadora) es que crea un nuevo contexto, o un nuevo formato que, a diferencia de la posibilidad siempre abierta de los procesadores actuales, avanza hacia adelante sin la opción de corregir ilimitadamente un texto. Esto es un contexto que regresa la noción de ir solamente hacia adelante de la vieja máquina de escribir, ya que si bien uno puede revisar las últimas diez líneas escritas en la tinta electrónica, no existe un cursor para insertar otra vez texto, no hay "seleccionar", "copiar" o "pegar". Es decir "no hay flechas de teclas, sólo la flecha del tiempo". Esto puede parecer una seria limitante, y sin embargo tiene un efecto psicológico interesante: se escribe siempre hacia adelante, es hora de escribir más que de editar o pensar en lo que hemos escrito, favorece al escritor que quiere voleverse un hombre de acción, más que al prototípico procrastinador (no es casualidad que Freewrite iba a llamarse Hemingwrite antes, como el escritor Ernest Hemingway, uno de los macho alpha de la literatura).

 

"El medio es el mensaje", escribió McLuhan. "Nuestras herramientas de escribir también trabajan sobre nuestros pensamientos", escribió Nietzsche quien al final de su vida utilizó una máquina de escribir para poder seguir escribiendo pese a sus problemas de salud. Freewrite en un juguete muy caro, el cual en primera instancia es completamente innecesario. ¿Por qué no simplemente desconectar el Wi-Fi? ¿Por qué no simplemente utilizar un cuaderno y luego pasar lo que escribimos a la computadora? Ym sin embargo, para escritores envueltos en toda una maraña de autocomplacencia, de procrastinación y distracción, tal vez Freewrite sea el antídoto perfecto. Una medicina para una enfermedad moderna.

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