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Bhutan respira profundo: ¿la primera ciudad sin huella de carbono?


Bjarke Ingels Group, en colaboración con Arup y Cistri, ha diseñado la Ciudad Mindfulness en la localidad de Gelephu, sería el primer país del mundo con balance de carbono negativo.

por: Redacción 2023 NYV Redacción 2023 NYV

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Bjarke Ingels Group (BIG), en colaboración con Arup y Cistri, ha diseñado la Ciudad Mindfulness en la localidad de Gelephu, alineándose con la visión de Su Majestad el Rey Jigme Khesar Namgyel Wangchuck de crear un nuevo centro económico en Bután, el primer país del mundo con balance de carbono negativo. Con una extensión de más de 1000 km2, el plan maestro integra la cultura butanesa, los principios del Índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB) y la herencia espiritual del país. Ubicada en el sur de Bután, cerca de la frontera entre India y Bután, la Región de Administración Especial de Gelephu está concebida para aprovechar su ubicación y fomentar el crecimiento económico, brindando oportunidades a la población local. El plan incluye iniciativas en tecnología verde, educación e infraestructura, como un aeropuerto internacional, conexiones ferroviarias, una presa hidroeléctrica y espacios públicos. También adopta tipologías de construcción locales basadas en los nueve dominios de la FNB, reflejando aspectos como el bienestar, la salud, la educación y la diversidad cultural.

 

ECOSISTEMAS Y BARRIOS INTERCONECTADOS EN BUTÁN

Enclavado entre montañas, bosques y ríos, Bután alberga una rica biodiversidad, con un 70% de su territorio cubierto por bosques. La Ciudad Mindfulness busca potenciar esta riqueza natural mediante la creación de una red interconectada de ecosistemas y barrios vibrantes. Inspirado por el flujo de 35 ríos y arroyos en el lugar, el diseño de la ciudad presenta barrios en forma de cintas que semejan campos de arroz, conformando terrazas que descienden de colinas a valles. La densidad de la ciudad aumenta gradualmente desde las tierras altas rurales hasta las tierras bajas urbanas, facilitando una transición fluida entre diferentes entornos de vida.

 

 

 

El Plan Maestro de Gelephu da forma a la visión de Su Majestad de crear una ciudad que sea cuna de crecimiento e innovación, manteniéndose arraigada en la naturaleza y cultura butanesa. Visualizamos la Ciudad Mindfulness como un lugar que no podría estar en otro sitio, describe Bjarke Ingels, Fundador y Director Creativo de BIG. Configurada por corrientes de agua, Gelephu se convierte en una tierra de puentes, conectando la naturaleza con las personas, el pasado con el futuro, lo local con lo global. Al igual que los tradicionales Dzongs, estos puentes habitables se convierten en hitos culturales, sirviendo como infraestructura de transporte combinada con instalaciones cívicas.

 

ENLAZANDO COMUNIDADES Y CULTURAS EN GELEPHU

Dentro de la extensa área de Gelephu, el paisaje natural existente y la infraestructura han dado lugar de manera natural a once barrios distintivos. Estas áreas están cuidadosamente planificadas, tomando inspiración de los principios del Mandala. Cada barrio se centra alrededor de un espacio comunitario, con un cambio gradual desde edificaciones dispersas más pequeñas en la región norte hasta estructuras urbanas más sustanciales en la parte sur. Como medida de protección contra las inundaciones relacionadas con el monzón, se establecerán campos de arroz a lo largo de los ríos y afluentes dentro del sitio, corriendo de norte a sur. Estos campos también servirán como corredores para la flora y fauna local, resguardando las rutas migratorias de elefantes y otros animales salvajes.

 

Los barrios de la ciudad, separados por ríos, están conectados a través de tres enlaces primarios de movilidad. Estas conexiones cumplen una doble función, actuando no solo como infraestructura de transporte, sino también como centros cívicos y culturales. Conocidos como puentes habitables, cada uno está diseñado para atender a uno de los nueve dominios de la Felicidad Nacional Bruta. Los puentes albergan destinos clave de la ciudad, como el nuevo aeropuerto, un centro espiritual Vajrayana que ofrece perspectivas sobre las prácticas diarias de monjes y maestros de la atención plena, un centro de atención médica que combina la medicina oriental y occidental, una universidad que muestra actividades académicas, un invernadero hidropónico y acuapónico que destaca antiguos métodos agrícolas y la agrociencia moderna, un centro cultural que brinda inmersión en la cultura y costumbres butanesas, y un mercado decorado con textiles tradicionales de Bután. Estos espacios buscan facilitar la conectividad y ofrecer al mismo tiempo significado cultural y funcional a los residentes y visitantes de la ciudad.

El último puente adopta la forma de una presa hidroeléctrica ubicada en el límite oeste de la ciudad. Cuenta con un muro de contención en forma de pozo escalonado diseñado para ofrecer miradores, escalinatas meditativas y un templo. Visitantes y peregrinos pueden ascender o descender por diversos caminos para llegar al centro de visitantes y al templo enclavados en el acantilado artificial. Las calles de la ciudad están concebidas para generar una sensación de intimidad, pavimentadas con materiales permeables que permiten que el agua de lluvia se filtre naturalmente en el suelo en lugar de sobrecargar el sistema de alcantarillado. En las nuevas construcciones se emplearán materiales locales como madera, piedra y bambú, tomando inspiración de diseños tradicionales como rabsel, cornisas, ornamentos y perfiles de tejados comúnmente encontrados en la región. Este enfoque refleja un compromiso con el uso de recursos autóctonos y motivos arquitectónicos para crear una sensación de identidad y sostenibilidad dentro de la ciudad.

 

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