parentesis.com/

Review - Deliver At All Costs: Un gameplay con potencial que se ve frenado por una historia endeble


Caos, destrucción y absurdos a los que constantemente se les mete freno de mano

por: Uriel Barco Uriel Barco

portada de nota
banner custom

En un momento en el que la oferta de gaming es amplia y los estudios y publishers AAA e indies compiten por cuota de mercado, se vuelve una necesidad desarrollar juegos que roben la atención del usuario ya no en atención a una tendencia, sino a partir de ángulos que se distancien del de otros títulos, y en ocasiones la solución a la que se llega es traer de vuelta los sabores del pasado, situación que ocurre con Deliver At All Costs, juego debut de Far Out Games y publicado por la legendaria firma Konami.

 

En ese sentido, Deliver At All Costs es, en apariencia, una experiencia cercana a la de los primeros Grand Theft Auto de cámara cenital, pues ofrece un sentido de caos al volante visto desde una perspectiva isométrica, pero poniendo énfasis en la física. En un inicio, y sobre todo después de ver los avances y de saber que se controla a un delivery guy, se antoja que es un juego anárquico en el que el único propósito es admirar cuánta destrucción es posible causar, pero todo el potencial se pierde al observar que el foco está puesto en un argumento con el que es imposible conectar, y que es arrastrado aún más por un voice acting incapaz de alcanzar intención alguna.

 

 

A toda costa

 

Deliver AT All Costs se ubica a finales de la década de los 50 y nos pone al mando de Winston Green, un hombre que en su búsqueda de empleo termina desempeñándose como delivery guy para una empresa en la que hay rencillas internas.

 

Conforme va haciendo más entregas y se involucra con otras figuras de la ciudad, irá enterándose de secretos que ni los tabloides más voraces tenían en el radar.

 

 

Una decisión a la que le faltó congruencia

 

Delivery At All Costs es difícil de jugar, en el sentido de que sus mecánicas y obsesión por la física tienen un potencial que pudo haber resultado en un título desenfrenado, cuando en realidad se somete a una perezosa historia que parece ir a ningún lado y que no tiene ni la más mínima pericia para atrapar al jugador. Da la impresión de que Far Out Games tuvo una estupenda sesión de lluvia de ideas en la que el “momento eureka” fue decidir hacer un juego que evocara el sabor dosmilero de novedad que dejaba pasearse en una ciudad y causar destrozos deliberadamente.

 

Y por supuesto que es entendible. Después de todo, otros estudios independientes también se sumergen en el pasado y entregan resultados notables que, en efecto, recuerdan a las perspectivas de gaming que había en otras eras. Por ejemplo, Evil West es un recordatorio de las glorias del hack and slash sin concesiones que en su momento representaron Devil May Cry y God of War; Blasphemous es un saludo de pie a la escuela metroidvania de finales de los 90; y Prodeus es una fenomenal recreación de la experiencia first person shooter que ofrecieron sagas emblemáticas como Quake.

 

El problema es que el estudio temió abrazar de lleno la idea de ser un “GTA clásico” de vista cenital y, además, malinterpretó el sentido de narrativa que la franquicia emblema de Rockstar presumió desde la tercera entrega. Sí, en Deliver At All Costs están la aproximación socarrona, la perspectiva isométrica, el esquema de misiones a través de una ciudad y el toque de ocurrencia y caos, y por otro lado están las cinemáticas para conocer más sobre la trama, los personajes y el mismo protagonista, pero es esto último lo que termina por apelmazar cualquier intento de ofrecerle al usuario una experiencia que sea congruente con la idea de diversión.

 

 

El talento de voz tampoco ayuda. Es de calidad tan cuestionable que hubo momentos en los que creímos que todo era adrede, una suerte de ejercicio meta para contravenir las expectativas del jugador en pos de arrojarle en cara un discurso sobre gaming y tropos del open world. Pero no, el juego en definitiva no tiene agenda y más bien es resultado de falta de solidez en su mano guía.

 

Física, los 50 y el absurdo

 

Dicho lo anterior, afirmar que todo en Deliver At All Costs es negativo sería mentira. El juego nos arrancó auténticas carcajadas en sus momentos más absurdos (el argumento, el mismo que es problemático en su exposición, llega a puntos disparatados que toman ventaja del contexto cincuentero y que se burlan de las obsesiones de esa década) y lo que consiguió Far Out Games en términos de física y destrucción es de reconocerse.

 

En términos generales, el juego es visualmente atractivo, no le interesa la fidelidad gráfica, sino perseguir un estilo propio y mostrar todo el desastre posible en pantalla, mientras que la agradable banda sonora ayuda a subrayar en todo momento en qué época tiene lugar. Pero, de nuevo, es la falta de foco y cohesión la que hace que éste título jamás termine de despegar.

 

 

Conclusión

 

Quizá lo que ocurre con Deliver At All Costs es que, tan creyó entender a GTA (o en todo caso, al viejo Rockstar) en su presentación, humor y absurdos, que se aventuró a crear una propuesta que evocara esos sabores del pasado, los de aquellos tiempos en que los desarrolladores experimentaban dentro de los confines del open world y siendo tan descabellados como pudieran con sus tramas.

 

Pero el juego simplemente no tiene buen sentido del humor, su narrativa y cinemáticas desesperan, es imposible conectar con su argumento —a pesar de que se va a lugares insospechados y quiere ser alocado— y, lo más lamentable, no permite que el usuario se enfoque en su carta fuerte: un gameplay que descansa en la destrucción y el valemadrismo que implica el “Entregar a toda costa” del título.

 

Calificación: 6.0/10
Deliver At All Costs
Publisher: Konami
Developer: Far Out Games
Revisado en PlayStation 5. También disponible en Xbox Series y Windows

 

banner custom

Comenta:

separador de nota